Ahora que muchos jóvenes estudiantes tienen muy cerca los exámenes finales, tanto de la Universidad, como de selectividad, podemos hacer hincapié en el elemento más determinante a la hora de juzgar el éxito ante esta época de exámenes tan estresante: el aprendizaje.
Frederic Vester fue pionero en su estudio, y propuso cuatro tipos de aprendizajes: el visual, el auditivo, el háptico y el cognitivo.
El aprendizaje visual retiene mejor la información gráfica, por lo que nos es de especial importancia a la hora de visualizar gráficas, datos o una página en cuestión. Nos hace referencia en especial a la famosa "memoria fotográfica".
El aprendizaje auditivo es el que hacemos referencia a recordar hechos repetidos mediante frases fáciles de recordar. En este sentido, las explicaciones en clase juegan un papel muy importante en este tipo de aprendizaje, aunque también en otros modos de enseñanza propios como el aprendizaje de la lectura, donde los niños más pequeños leen en voz alta para que la siguiente vez recuerden mejor el método adecuado, y mecanizar de algún modo su aprendizaje, hasta que la lectura se interiorice. También es común encontrarnos este tipo de aprendizaje a la hora de aprender nuevos idiomas.
El aprendizaje háptico nos sirve para entender los datos. Evidentemente este tipo de aprendizaje sólo hace referencia a personas con un nivel de comprensión superior, como adolescentes o universitarios, donde su método de estudio depende más de la comprensión y análisis, que de la propia memoria en sí.
Por último, el aprendizaje cognitivo discute el contenido del aprendizaje, como un modo superior de aprendizaje háptico.
No obstante, investigaciones recientes no han confirmado que existan preferencias prefijadas a la hora de estudiar, puesto que las personas parecen organizarse en función de su experiencia personal.
¿Influye la edad en la manera de aprender?
Se tiende a tener un tipo de prejuicio con respecto a esta pregunta. Las personas más mayores, por el hecho de que así lo sean, tienen una manera menos eficaz de aprendizaje. El hecho es que la edad SI influye en el modo de aprendizaje, pues las personas adultas y mayores aprovechan su bagaje de experiencias al adquirir nuevos conocimientos. Centran su aprendizaje en lo que ya saben, sustituyendo el método de ensayo y error (propio de los jóvenes) por el predominio de las reglas. Se parte desde unas analogías con fenómenos que les resultan familiares, en vez de marcarse un punto de partida más bajo. A escala neuronal, se observa en un aumento de la actividad de las áreas frontales, que participan en el control de la acción. Hoy en día se sabe que de media podemos tener hasta 1.400 neuronas nuevas cada día, disminuyendo su número a medida que envejecemos. Wei Deng y Fred Gage y su grupo de investigación del Instituto Salk en La Jolla, descubrieron en animales que las nuevas células en el giro dentado (una parte del hipocampo) eran las responsables de conectar temporal o espacialmente los acontecimientos que se producen de forma paralela. Así, cabe decir que aunque la plasticidad cerebral decae con el paso de los años, nunca desaparece por completo.
También es conocido que ejercitar la mente con crucigramas, rompecabezas o partidas de ajedrez, hace fortalecer la memoria, aunque no de una manera generalizada. Adrian Owen y sus colaboladores de la Universidad de Cambrigde obtuvo de una muestra de 11.000 personas que tras seis semanas de ejercicios de inteligencia, sólo se produjeron avances en este constructo, y no en otros.
¿Promueve el mundo digital la estupidez? ¿Tiene límites nuestro espacio cerebral de almacenamiento?
Depende del uso que se haga de aparatos como el teléfono móvil, la tableta o las redes sociales. Se ha constatado que favorecen la memoria operativa entre diversas tareas en las personas habituadas a trabajar con ordenadores o Internet. No puede hablarse de una disminución de la inteligencia en general.
Por otro lado, cada persona presenta una capacidad potencialmente inagotable de aprendizaje, además de la disposición de sistemas de aprendizajes variados, que ayudarán a aprender de una u otra forma.
¿Aprendemos siempre de manera consciente?
NO. La gran mayoría de los procesos de aprendizaje ocurre de manera inconsciente. En psicología se diferencia la memoria declarativa o explícita de la no declarativa e implícita. Neuroanatomicamente, Henry Molaison comprobó que ambas trabajan de forma separada (famoso caso de H.M).
Por otro lado, dormir no sirve para aprender, sino para consolidar la memoria. En el transcurso del sueño se suprimen las conexiones superflueas y se generan nuevas sinapsis y neuronas. Debido a esto, durante el sueño revivimos experiencias del día, que hace que se consolide mejor la información. No obstante, la idea de que podemos almacenar conocimiento durante el sueño a través de una grabación que nos recita de forma subliminal el contenido que queremos aprender es un fraude.
Por último, aquí puedes ver diferentes métodos de estudio que te serán de gran ayuda en esta época tan difícil. Con un buen uso de estas estrategias, suerte y aplacando los nervios, no hay examen que se resista
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