Buenas tardes, mi nombre es Alba Sánchez Moya, soy psicóloga especialista en neuropsicología y me gustaría compartir con ustedes algunos temas de interés, así como participar en esta forma de comunicación. Antes de comenzar desearía agradecer a mi compañero y creador de este espacio, Daniel.
En mi primera entrada, quiero mostrarles un trastorno muy conocido por todos y a la vez muy poco entendido por la mayoría: la fobia o ansiedad social.
La ansiedad
es una respuesta normal y sana que provee la adaptación del ser humano al medio
ambiente, pero se convierte en un problema cuando ocurre en situaciones en las
que no existe un peligro real (Olivares, Macià, Rosa-Alcázar y
Olivares-Olivares, 2013).
La ansiedad
social adaptativa o positiva, caracterizada por «tener algo de miedo a los
otros», puede prever de sufrimientos innecesarios y aumentar la probabilidad de
supervivencia como especie. Pero cuando la reacción es desproporcionada,
excesiva e irracional dicha ansiedad social pasa a ser desadaptativa, convirtiéndose
en una amenaza para nuestra integridad física y psicológica, así como fuente de
sufrimiento e interferencia en el desarrollo de nuestra vida cotidiana
(Olivares, Rosa-Alcázar & García-López, 2004).
La Fobia
Social (FS en adelante) según el DSM-IV-TR (American
Psychiatry Association, APA 2000) se
define como un miedo persistente y acusado ante una o más situaciones sociales
o actuaciones en público en las que el sujeto se ve expuesto a personas que no
pertenecen al ámbito familiar o a la posible evaluación por parte de los demás.
El
individuo teme actuar de un modo (o mostrar síntomas de ansiedad) que sea
humillante o embarazoso. Las situaciones sociales o actuaciones en público
temidas se evitan o se experimentan con un intenso malestar. El sujeto reconoce
que este temor es desproporcionado o irracional.
Los criterios
diagnósticos propuestos por el DSM-V (APA, 2013) para la FS pueden verse en el
apéndice A.
La FS es un problema psicológico posiblemente tan antiguo como la
propia humanidad. En 1845 Robert Burton, en su obra «La Anatomía de la
Melancolía» muestra la descripción de un paciente de Hipócrates que explicaba
el problema como más que una timidez, temor o suspicacia. No se atrevía a estar
con otras personas por miedo a excederse en sus gestos mientras hablaba o
vocalizar mal. La denominación actual de este trastorno se debe a Janet (1903)
el cual aplicó por primera vez la expresión “fobia de las situaciones sociales”
en el contexto científico (Olivares, 2009).
Este
trastorno afecta tanto a adultos como a niños y adolescentes en diferentes
culturas (Piqueras, Olivares, Vera, Marzo y Kuhne, 2012).
Vidal, Ramos-Cejudo y Cano-Vindel, (2008), catalogan a la FS como
uno de los trastornos de ansiedad más discapacitantes y mal diagnosticados,
mostrando una prevalencia anual del 1,2% en la Unión Europea, situada tras la
depresión mayor y la dependencia del consumo de alcohol (APA 2000 citado en
Olivares., 2009).
En relación a la adolescencia, los
estudios epidemiológicos indican que la FS es uno de los trastornos
psicológicos más comunes (Sánchez-García y Olivares, 2009). Olivares et
al. (2004) determinan esta etapa de especial riesgo para su aparición debido al
incremento de las demandas sociales, el desarrollo cognitivo y la consciencia
respecto a la discrepancia entre cómo se ven a sí mismos y cómo piensan que los
demás los ven.
Los síntomas
surgen en ocasiones de forma aguda tras una experiencia social traumática, pero
la aparición más frecuente se produce sin un precipitante claro (Hollander y
Simeon, 2004).
Con
respecto a las variables implicadas en el inicio, desarrollo y mantenimiento de
la FS, García-López, Piqueras e Inglés, (2008)
mencionan que se han identificado numerosos factores de riesgo, entre los que
cabe destacar la actitud y patrones de conducta de los padres acerca de sus
hijos, influencia de los iguales, variables de personalidad, variables
temperamentales como la inhibición conductual, habilidades sociales y timidez.
Dichos autores agrupan todos estos factores en dos tipos de variables, las que
guardan relación con la vulnerabilidad genética y las que se asocian al efecto de las experiencias ambientales en el aprendizaje y
el comportamiento del sujeto.
Por todo lo anteriormente nombrado, se hace necesaria una
intervención precoz y a gran escala dado que este trastorno no suele remitir si
no se trata y los sujetos que lo sufren no suelen asistir a tratamiento (Caballo,
Olivares, López, Irurtia y Rosa-Alcázar, 2003).
La evidencia de las investigaciones sugiere
que se recomiende la combinación de terapia cognitiva y técnicas de exposición,
típico de la mayoría de los paquetes de Terapia Cognitivo Conductual (TCC).
Concretamente, el programa de tratamiento Intervención en
Adolescentes con Fobia Social (IAFS; Olivares y García-López, 1998; Olivares,
2005)
consta de 12 sesiones semanales de tratamiento en grupo, de 90 minutos de
duración cada una. Los cuatro componentes que constituyen dicho programa son:
componente educativo, entrenamiento en habilidades sociales, exposición y
técnicas de reestructuración cognitiva. También incluye instrucciones de cara a
la prevención de recaídas. Al finalizar casa sesión de intervención se envían
tareas para casa, que consisten en exposiciones en vivo ante contextos naturales
y en relación al contenido de la sesión trabajado (Olivares,
Rosa-Alcázar, y Vera-Villarroel, 2003). En el apéndice B se muestra el contenido sesión a
sesión de este protocolo.
Referencias
bibliográficas:
Caballo, V.,
Olivares, J., López, C., Irurtia, M. J. y Rosa-Alcázar, A. I. (2003). Una
revisión de los instrumentos para la evaluación de la fobia social: algunos
datos empíricos. Psicología Conductual, 11, 539-562.
García-López, L. J., Piqueras, J. A. & Inglés, C. (2008).
Trastorno de ansiedad social en la infancia y la adolescencia: estado actual,
avances recientes y líneas futuras. Psicología Conductual, 16, 501-533.
Hollander,
E. & Simeon, D. (2004). Guía de
trastornos de ansiedad. Madrid: Elsevier.
Olivares, J., Rosa-Alcázar, A. I. y Vera-Villarroel, P.
(2003).Efectos de la aplicación del protocolo IAFS en una muestra de
adolescentes con fobia social generalizada. Terapia psicológica, 21, 153-162.
Olivares,
J., Rosa-Alcázar, A.I. y García-López, L.J. (2004). Fobia social en la adolescencia, el miedo a relacionarse y a actuar
ante los demás. Madrid: Pirámide.
Olivares, J. (2009). Evaluación y tratamiento de la
fobia social en población infanto-juvenil de los países de habla española y
portuguesa. Anuario de psicología,
40, 7-21.
Piqueras,
J. A., Olivares, J., Vera, P., Marzo, J. C. y Kuhne, W. (2012). Invarianza
factorial de la escala para la detección de ansiedad social (EDAS) en
adolescentes españoles y chilenos. Anales
de psicología, 28, 203-214.
Olivares,
J., Macià, D., Rosa-Alcázar, A.I. y Olivares-Olivares, P.J. (2013).Intervención psicológica estrategias,
técnicas y tratamiento. Madrid: Pirámide.
Sánchez-García, R. y Olivares,
J. (2009). Intervención temprana en niños y adolescentes con fobia social. Anuario de psicología, 40,
75-88.
Vidal, J., Ramos-Cejudo, J. y Cano-Vindel, A. (2008).Perspectivas
cognitivas en el tratamiento de la fobia social: estudio de un caso clínico. Ansiedad y estrés, 14, 289-303.
Apéndice A. Criterios diagnósticos para la Fobia Social según el DSM-V (APA, 2013).
DSM-V
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A. Miedo o ansiedad intensa en una o más situaciones sociales en las que el individuo está expuesto al posible examen por parte de otras personas. Algunos ejemplos son las interacciones sociales (p. ej., mantener una conversación, reunirse con personas extrañas), ser observado (p. ej., comiendo o bebiendo) y actuar delante de otras personas (p. ej., dar una charla).
Nota: En los niños, la ansiedad se puede producir en las reuniones con individuos de su misma edad y no solamente en la interacción con los adultos.
B. El individuo tiene miedo de actuar de cierta manera o de mostrar síntomas de ansiedad que se valoren negativamente (es decir, que lo humillen o avergüencen; que se traduzca en rechazo o que ofenda a otras personas).
C. Las situaciones sociales casi siempre provocan miedo o ansiedad.
Nota: En los niños, el miedo o la ansiedad se puede expresar con llanto, rabietas, quedarse paralizados, aferrarse, encogerse o el fracaso de hablar en situaciones sociales.
D. Las situaciones sociales se evitan o resisten con miedo o ansiedad intensa.
E. El miedo o la ansiedad son desproporcionados a la amenaza real planteada por la situación social y al contexto sociocultural.
F. El miedo, la ansiedad o la evitación es persistente, y dura típicamente seis o más meses.
G. El miedo, la ansiedad o la evitación causa malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.
H. El miedo, la ansiedad o la evitación no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia (p. ej., una droga, un medicamento) ni a otra afección médica.
I. El miedo, la ansiedad o la evitación no se explica mejor por los síntomas de otro trastorno mental, como el trastorno de pánico, el trastorno dismórfico corporal o un trastorno del espectro del autismo.
J. Si existe otra afección médica (p. ej., enfermedad de Parkinson, obesidad, desfiguración debida a quemaduras o lesiones) el miedo, la ansiedad o la evitación está claramente no relacionada o es excesiva.
Especificar si:
Sólo actuación: Si el miedo se limita a hablar o actuar en público.
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Apéndice B. Contenidos por sesiones de la Intervención en Adolescentes con Fobia Social (IAFS)
Sesión
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Contenidos objeto de entrenamiento
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1
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Modelo explicativo del constructo FS. Presentación del programa y sus normas.
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2
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Reestructuración cognitiva (Terapia cognitiva de Beck y Terapia Racional Emotiva de Ellis).
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3
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Iniciar y mantener conversaciones.
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4
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Atender y recordar. Iniciar y mantener conversaciones (continuación).
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5
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Entrenamiento en Asertividad (I).
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6
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Entrenamiento en Asertividad (II). Exposición a iniciar y mantener conversaciones.
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7
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Recibir y dar (se) cumplidos. Establecer y mantener amistades.
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8
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Exposición a relacionarse con personas del sexo opuesto. Entrenamiento en asertividad (III).
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9
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Hablar en público I: Habilidades verbales y no verbales. Exposición. Uso del videofeedback.
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Hablar en público II. Exposición a preparar el inicio, desarrollo y conclusión de una charla apoyándose en notas. Uso del videofeedback.
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11
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Hablar en público III. Exposición a iniciar, desarrollar y concluir una charla apoyándose en notas. Uso del videofeedback.
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12
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Hablar en público IV. Exposición a iniciar, desarrollar y concluir una charla improvisada. Detección de situaciones potencialmente peligrosas y prevención de recaídas.
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